The Book

Hemos puesto en marcha una iniciativa entre unos cuantos compañeros de trabajo que consistirá en comer cada dos semanas en restaurantes cercanos a nuestro lugar de trabajo que creamos que puedan tener cierto interés gastronómico. Puesto que en bastantes de ellos no he estado todavía iremos dando cumplida información de la impresión que nos han causado. El honor de inaugurar esta lista le ha correspondido al restaurante The Book, un local que cuenta con un pequeño comedor francamente acogedor del que me gustan especialmente las mesas hechas con gruesos tablones de madera. El menú de mediodía constaba de dos entrantes, principal y postre. El primer entrante consistió en una ensalada de tomates cherry, mozzarella y albahaca



El tomate cherry pelado estaba muy bueno, sabía a tomate lo cual por desgracia hoy en dia hay que consignarlo cuando hablamos de tomates. Sin embargo a la ensalada le falta algo que le aportara más sabor, la mozzarella fresca, salvo que sea de extraordinaria calidad, se aprecia más por su textura que por su muy tenue sabor y en el aceite con albahaca el sabor de la albahaca tenía una presencia demasiado sutil. Una caprese coqueta y agradable pero un pelín átona.

Como segundo entrante nos sirvieron unos rovellones en escabeche con huevo a baja temperatura


La verdad es que la idea del plato me pareció francamente buena y me apetecía mucho probarlo. Es una auténtica lástima que el exceso de vinagre del escabeche ofuscara casi completamente el sabor de las setas y resultara agresivo para el paladar. Soy un gran defensor de los escabeches siempre que la cantidad de vinagre esté equilibrada y que éste se haya evaporado durante el cocinado, dejando su aroma y acidez. Lo dicho, una pena puesto que el matrimonio con el huevo y un poco de pan dan como resultado un bocado de lo más apetecible.

En los platos principales en con diferencia donde la cocina brilla más. La dorada en tempura con salsa de coliflor



resulta de lo más acertada. La tempura muy bien hecha, fina y crujiente y el pescado muy sabroso. La crema de coliflor muy fina y la combinación con la salsa de piquillos y los trocitos de piña muy interesante. Sabores limpios muy bien conjuntados, un plato excelente.

El otro principal era un arroz meloso con conejo y setas



Más próximo al arroz caldoso que al meloso, aunque la diferencia es puramente formal, muy bien sazonado y en su punto de cocción, con sabores a monte pronunciados y reconfortantes, un guiso suculento, apetitoso y al que la cazuela de hierro le aporta un valor añadido tanto en presentación como en conservación de la temperatura.

Como postre tomamos un helado de romero con pera blanquilla



El helado me gustó mucho, con un intenso sabor a romero que aporta un gran frescor y ligereza, y los trocitos de galleta crujiente caramelizada funcionan de maravilla en el 99% de los postres. La pera, levemente cocida y aromatizada estaba buena pero la dificultad de cortarla con la cucharilla de postre y de esta forma integrarla con el resto le restaba redondez al conjunto. Poner la pera en trocitos resolvería el problema aunque la estética del plato cambiaría, eso es cierto.

Una cocina con buenos mimbres presentada con delicadeza a un precio muy competitivo pero a la que le faltan ciertos aspectos por pulir, al menos esa es la sensación que nos queda tras esta primera toma de contacto. Volveremos dentro de un tiempo para comprobar su evolución.


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